Si la marca no marca, ni es marca, ni es nada. La marca debe marcar.
La gestión de la marca es la esencia de la empresa del siglo XXI, puesto que todo es marca, todo marca. La marca no es el nombre comercial, no es el logotipo. No es sólo eso: es marca la ambientación, el estilo, la personalidad de los empleados: todo marca. Y deja huella. O huella positiva, o negativa.
Es esencial ser consciente de que la gestión de la marca y el manejo de todos los elementos que generan una comunicación con la clientela y con la sociedad, exige un enfoque estratégico, no es casual, ni de importancia secundaria. Es estratégico: previsto, planificado y de importancia central en la visión y misión organizativas.